lunes, 18 de mayo de 2009

Crónica de un final


Se desgarró la piel, prolijamente,
Dejando parchecitos
como de plasticola
como de me estoy despellejando.

Le recordó veranos en la playa,
haber visto el amor alguna vez,
nunca en sus ojos,
jamás otra piel encima de su piel.

Le costó un poco detrás de las orejas,
debajo de las uñas,
no se animó a tironearse los párpados,
ni los labios, ni el ombligo.

Intentó recordar al nacer
quién fue que hizo ese nudo,
la cara de su madre,
el sonido de su llanto,
algo,
pero no pudo.

Se sacó las uñas,
una a una
y las pintó de carmín
para guardarlas en una cajita
de cartón.

Gritó, gritó, gritó.
Se escuchó a conciencia.
Se dio la razón como a los locos,
y como un loco,
abrió la ventana
y voló.

lunes, 11 de mayo de 2009

SOMBRAS

Las sombras de la vida
se deslizan silenciosamente,
a veces, entre la gente.




Y el que las presiente
huye de inmediato
ante la temible sospecha
de la muerte.

Otros se quedan inmóviles,
esperando, quizás,
no ser vistos, mimetizados,
o aguardando
por la estocada fatal,
caer atravesados…

Se las ve perseguir sin descanso
nubecillas grisáceas
de humo de cigarrillo.



Se aprovechan de los tristes,
atrayéndolos hacia el borde
de los abismos,
y tentándolos a convertirse
en pájaros.

Y de los niños,
también de los pobres,
aferrándose con saña
de los ancianos.

Llevan collares de guerra
hechos de cabellos
y dientes cariados
y al abrazarnos
nos dejan arrugas en la piel
y en los ojos, cataratas…



Miguel Ferrer - 2009