Podríamos ser azules.
Vos princesa,
omóplatos con plumas,
estrellas en polvo
serían tus huellas.
Yo coraza de dragón,
botas en llamas,
escudo de camaleón
para que nadie me entienda.
Tu poder sería el encanto
de tus labios perfectos,
que sonríen, pronuncian,
besan o denuncian.
Mi habilidad el silencio,
y mi conjuro el olvido.
Pero somos carne y huesos,
ojos, sangre, piel y dedos.
Somos el uno del otro.
Yo, de marzo
y vos, sin miedo.
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Miguel, el poema entero es mágico, pero el final es decididamente lo más bello a mi gusto
ResponderEliminarSomos el uno del otro
Yo, de marzo
y vos , siin miedo.
Sobran las palabras...!bellísimo!
Un abrazo de amistad.
Cecy
LEERLO A USTED ES UN VERDADERO PLACER.
ResponderEliminarCoincido con Luciernaga el final es lo más bello del poema, un abrazo
ResponderEliminar¡Wauuuuu! ¡Qué lírica!Saludos y mi admiración.
ResponderEliminarEs una belleza, hay días así en tu poesía. Tqm.
ResponderEliminarMuy bello, yo tambien quiero ser azul. Un abrazo
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